Salimos para La Paz desde Copacabana y después de 3 horas de bus llegamos a la capital a eso de las 17:30, hora boliviana.
Como estamos en el lago Titicaca parte del trayecto en bus se hace en ferry (si se puede llamar así) y se cruza una estrecha parte del lago para ahorrar algo de tiempo.
Cuando hablo de ferry me refiero a que los pasajeros bajamos del bus para cruzar en unas lanchitas y mientras, el autobus cruza sobre una plataforma de madera.....quizá así fue como empezaron los ferrys para coches ;)
Nada más llegar a la Paz y en la misma estación reservamos nuestro autobús nocturno a Potosí para las 20:30 h.
La estación es un caos de compañias por lo que nos fiamos de la que tiene mejor mostrador y autobuses más nuevos. En Bolivia al igual que en Perú hay que tener cuidado con los buses, ya que suele haber muchos accidentes mortales (estas noticias normalmente no llegan a España), hay rutas críticas dependiendo de las carreteras y de la zona. En concreto La Paz - Uyuni es una de esas rutas.
La Paz no es una ciudad que nos atrayera especialmente, así que, a pesar de que nos recomendaron quedarnos un par de días, decidimos ver lo básico en unas horas y continuar rumbo a Potosí.
Es una ciudad caótica, muchísima gente por la calle y mucho tráfico. El centro y la parte principal de la ciudad están en un enorme valle entre montañas y la otra gran parte de la ciudad está situada muy por encima, en el barrio que llaman el Alto.
En escasas dos horas decidimos visitar lo principal, todo estaba relativamente cerca y lo pudimos hacer andando.
Primera parada en el teleférico, que lleva un par de meses en funcionamiento y sale de la parte de atrás de la antigua estación de tren, diseñada por Eiffel, y sube hasta El Alto.
El recorrido dura unos 12 minutos y sobrevuela la ciudad con unas vistas espectaculares a la vez que curiosas, ya que pasas por encima del inmenso cementerio de la ciudad. Perfectamente se le podría llamar "ciudad de los muertos" con todas las letras porque las tumbas y nichos estan ubicados como en edificios de varios pisos. Es tan grande que realmente impresiona.
Esta es la primera línea de teleférico de unas 7 que hay proyectadas y la verdad es que es una gran idea para evitar el largo camino y el brutal tráfico entre el centro de la ciudad y El Alto. La ingeniería es Española, y de hecho en el barco volviendo de la Isla del Sol pudimos conocer a un barcelonés que está temporalmente viviendo el La Paz para trabajar en el proyecto.
Hicimos viaje de ida y vuelta y desde la base del teleférico fuimos calle abajo hasta el Mercado de Lanza para pasar por la sección de zumos, buenisimo el de papaya con frutilla. Ya sabeis que para nosotros los mercados son visita obligatoria.
Muy cerca teniamos la plaza principal y el barrio de las brujas, aunque ya era de noche, es una zona muy concurrida.
El barrio de las brujas es un conjunto de calles lleno de tiendas especializadas en todo tipo de hierbas, velas, animales, amuletos y lociones para hacer conjuros y ofrendas. Lo mas peculiar, los fetos de llama disecados, que al parecer se ponen bajo los cimientos de las casas para atraer la buena suerte!.
Puede sonar a pelicula de miedo pero el tema de la brujeria esta muy arraigado en Bolivia al igual que en Perú, la gente de allí dice que si hay tanta cultura sobre esto es porque ven resultados.
Aunque en el centro se pueden ver estas calles en representación de todo este mundillo, realmente la mayoria de estos puestos están en el El Alto, a donde la gente de la ciudad y alrededores realmente va a tratar los temas importantes.
Nos han comentado que como toda magia hay buena y mala, todo depende de cómo y para qué se use.
Ya veis, "Meigas....habelas hainas", jejejeje
Tras esta visita exprés a La Paz cogemos el autobus que después de 10 horas nos deja en Potosí muy temprano para poder aprovechar el tiempo al máximo y no tener que hacer noche
Llegamos a Potosi con las ideas claras, queríamos ver las minas y la casa de la moneda.
A muchos os sonará el nombre pero seguro que no ubicais esta ciudad en la historia.
Nada más llegar, despues de cambiar de estacion de bus, comprar nuestros proximos billetes para Uyuni, dejar las maletas y darnos prisa en buscar una agencia para hacer el tour de las minas por la mañana, ponemos rumbo hacia Cerro Rico a las 9:30h con la agencia Big Deal.
Cerro Rico es la montaña en las que están las famosas minas de plata principalmente, pero tambien se extrae cobre, zinc y hierro entre otros.
El tour de las minas es quizá un poco extraño, lo primero es que te hacen firmar un papel en el que en caso de muerte o accidente tu eres el único responsable, esto da un poco de respeto, pero luego te das cuenta de que es parte del juego, los guías son ex mineros profesionales y están muy atentos a que no pases por zonas peligrosas y no te ocurra nada.
Empezamos en el mercado minero, donde los mineros compran lo que necesitan antes de ir a la mina, y donde los turistas compramos regalos para ellos, ya que es costumbre llevarles algo a los mineros que te encuentras trabajando.
Los regalos mas típicos son cuadernos para sus hijos, zumos, refrescos, dinamita!, alcohol potable de 96 grados!, y hojas de coca.
Los regalos mas típicos son cuadernos para sus hijos, zumos, refrescos, dinamita!, alcohol potable de 96 grados!, y hojas de coca.
Los mineros están durante toda su jornada mascando hojas de coca, les ayuda a mantenerse activos, a evitar el hambre y además la usan como reloj. Se meten una pelota enorme en la boca y cuando esta pierde ya todo el sabor, eso quiere decir que es la hora del descanso. Un rato de relax, otra pelota de coca para dentro y a currar! Muy curioso!
Con los regalos en mano toca ya ir a cambiarse para entrar en acción, seremos mineros por un día.
Primero nos llevan a ver los 'ingenios', que son las máquinas que utilizan para separar el mineral de valor, del no valioso.
Se utiliza un proceso químico/mecánico bastante sencillo. Las rocas extraídas se tratan con una serie de reactivos químicos que permiten separar el mineral, este forma una espuma que flota y se separa del resto. Luego se seca al aire durante unas semanas.
El resultado no es mineral puro, si no mezclas de varios como Zinc, Plata o Cobre, que después se envían a otros países para separar y purificar, ya que en las minas de Potosí no tienen esa tecnología.
Muy atrás quedaron los tiempos en que estas minas eran muy ricas en plata y en Potosí se acuñaban monedas para medio mundo.
Puestos ya en situacion llegaba el momento de entrar a las minas, estuvimos como 2 horas recorriendo distintos túneles, algunos amplios y otros muy estrechos y agobiantes donde no podías levantar la cabeza.
Lo interesante de la visita no solo es ver los túneles sino ver como trabajan y que te cuenten un poco su vida.
Nos encontramos con varios mineros trabajando, carretando mineral o preparando la dinamita para detonar. Es duro ver las condiciones en las que trabajan, muchas horas bajo tierra, respirando polvo de mineral muy dañino para su salud pero el trabajo está bien pagado y a día de hoy la mayoría de las minas son cooperativas, con condiciones reguladas y los mineros nos comentaron que les compensa económicamente.
Finalmente pudimos conocer al "Tío" de la mina. Aunque los mineros son cristianos, en la mina hay otro Dios al que diariamente le hacen sus ofrendas y le piden protección, tener un buen día de trabajo y encontrar mineral.
Se sientan en torno a él, le ofrecen y beben alcohol 96 'potable', le ofrecen hojas de coca y cigarrillos, y hacen sus peticiones. Allá abajo tienen sus propias tradiciones y creencias, por cierto, bastante curiosas.
El Cerro Rico tiene un "Tío" en cada mina y aunque está representado por una especie de diablo 'muy viril', cada uno es totalmente diferente.
Despues de unas horas intensas salimos de la mina bastante cansados, pero contentos, ya que es una excursión que impone respeto, pero una vez termina te das cuenta de que los guías son profesionales y siempre están pendientes de la seguridad del grupo.
Terminamos justo para la hora de comer y sin mucho tiempo, ya que había que aprovechar el día, nos fuimos a visitar el museo de la casa de la moneda. A parte de que es un museo interesante, con visita guiada incluida, es la combinación perfecta para saber que se hacía siglos atrás con la plata que se extraía del Cerro Rico.
Esta plata se llevaba a la casa de la moneda, donde se fundía en los hornos y se laminaba para con ella acuñar durante siglos monedas para el Reino de España y más adelante para la República de Bolivia.
Pudimos ver los hornos, las primeras maquinas laminadoras de metal (se trajeron de España en el siglo XVIII y funcionaban tiradas por caballos) y pudimos compararlas con las maquinas mas modernas de finales del siglo XIX, importadas de USA, y que funcionaban a vapor.
Además el edificio en si es imponente y hay colecciones de pinturas, minerales, objetos realizados con plata y por supuesto monedas. Algunas de estas monedas fueron recuperadas de los naufragios de los barcos españoles que se iban para Europa cargados de dinero y objetos de plata...se podría decir que hicimos las Américas...
Visita muy interesante y recomendable si pasas por Potosí.
Y ya sin tiempo para más se podría decir que... misión cumplida!, justo a tiempo para coger el bus para Uyuni sin tener que hacer noche.
Realmente todo esto fue posible gracias Alejandro y Victoria, que los conocimos en el Titicaca. Alejandro nos dio las instrucciones precisas para enlazarlo todo y así ahorrar tiempo. La comunicación entre viajeros es valiosa y siempre se aprenden un montón de cosas.
Subimos al autobús y 4 horas más tarde llegamos a Uyuni justo para buscar un sitio donde dormir.
Buenas noches!!!
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