sábado, 13 de junio de 2015

Laos: Luang Prabang, relax entre templos y monjes

Después de un paso rápido por el Norte de Vietnam nos dirigimos a Laos, un pequeño país que hace frontera con Vietnam, Camboya, Tailandia, Myanmar e incluso China, así que mucha gente lo visita de paso.
Aunque todavía muy pobre, está creciendo a un ritmo rapidísimo, sobre todo teniendo en cuenta que debido a sus vecinos Vietnamitas se vieron arrastrados a guerras y bloqueos económicos que los 'hundieron en la miseria'.
En nuestro camino hacia Camboya decidimos visitar el plato fuerte de Laos, Luang Prabang, una pequeña ciudad llena de templos budistas donde reciben formación la mayoría de los niños monjes del país.

Para llegar a Luang Prabang desde Hanoi escogimos la opción más barata, un bus infernal de 27 horas!.
Finalmente el viaje no estuvo tan mal, compartimos tiempo con algunos locales y turistas en un autobús cama bastante decente.
Como parte del camino lo haces durmiendo se pasa rápido y el trayecto es entretenido atravesando montañas y aldeas que no podrías ver de otra manera. Eres como un espectador a través de la ventana...., niños jugando, señoras duchándose en plena calle, animales correteando en las cunetas, gente trabajando en los campos....paisajes increíbles.
Tuvimos tiempo de dormir, leer, escribir en el blog, pasar la aduana y hacer el visado en la frontera, y después de disfrutar paisajes muy chulos, casi sin darnos cuenta, ya habíamos llegado al destino.

Eso sí, llegamos muertos y tras chequear un par de sitios nos quedamos en Tephavong guesthouse, muy buena situación y una agradable terraza. La habitación es sencilla y a buen precio. 
Nos instalamos, nos quedamos un rato de relax, merecido después de semejante viaje, y salimos a callejear que ya empezamos a tener hambre.

Luang Prabang está situada entre las orillas de dos ríos, el mítico Mekong y su afluente Nam Khan, y es la cuna del budismo en Laos. Allí están algunos de los templos más importantes del país y por eso cada vez es más conocida y visitada por los turistas.
Sin embargo el ritmo que se respira es tranquilo y relajado, a pesar de haber bastante turista, no se ve un turismo masificado.
Además como la ciudad tiene ordenanza de que a partir de las 12 de la noche no puede haber nadie por la calle, tampoco hay un turismo de fiesta como en algunas ciudades de sus países vecinos.

A lo largo de las orillas del río  hay bastantes restaurantes y bares con terraza. Tienen vistas al río, a los puentes de bambú que lo cruzan y a la otra orilla, hay un montón para elegir, para todos los bolsillos. Así que con el hambre que tenemos no hay mejor opción que escoger uno para comer.
La comida en Laos es muy rica, con muchas cosas en común con la de Tailandia o Vietnam. La cerveza nacional es Beerlao, está muy buena y es barata así que nos parece que van a caer unas cuantas estos días.


Seguimos paseando por la orilla hasta que cae el sol, aquí anochece pronto y enseguida montan en la calle principal el mercado nocturno. Cada noche se llena de puestos de todo tipo pero sobre todo artesanía tribal, cuadros, ropa, complementos y pequeños objetos, así que es una buena opción para comprar a muy buen precio. Pena que haciendo un viaje tan largo no podamos llenarnos la maleta ;)

El mercado nocturno da mucha vida a la ciudad y la calle se llena también de puestos de comida. En uno de los callejones perpendiculares está la 'street food' donde muchos de los turistas cenan cada noche por menos de 2 euros,  pequeños puestecillos con un montón de comida muy variada tipo buffet. Puntualmente a las 10 el mercado se empieza a recoger y antes de media noche la paz llega de nuevo a la ciudad como si no hubiera pasado nada.

Parece que nos está gustando bastante Luang Prabang porque a pesar de ser turístico, la ciudad no ha perdido su esencia.
Hacemos un paseo por el mercado y nos cogemos unos rollitos primavera en la calle para cenar, y a la cama. Nos quedan muchos días por delante y estamos muertos.

No madrugamos demasiado y nos vamos al mercado que tenemos justo al lado para comprar el desayuno. No son más que un par de pequeñas calles llenas de puestos a un lado y otro donde la gente local vende sus productos: verduras, carne, pescado y hasta bichos con una pinta no muy deliciosa. Hay mucha fruta de la zona que nos encanta: papaya, dragon fruit, piña, bananas etc., todo está buenísimo. Este será nuestro desayuno para el resto de días.


Tenemos una semana para ver los templos así que es mejor tomárselo con calma que aquí el sol aprieta, a pesar de que de noche refresca y eso se agradece.
Como la ciudad está llena de templos.... viejos, nuevos, grandes y pequeños, nos centraremos en los mas importantes.
Estos días hemos visto los templos de Wat Xieng Thong, Wat Mai, Wat Sene, Wat Ho Pha Bang y algún otro mas

La verdad es que los templos budistas son impresionantes, tanto por dentro como por fuera, con sus curiosos tejados, sus puertas y paredes decoradas con muchísimo detalle. En muchos templos te reciben desafiantes las serpientes Nagas, y una vez dentro todos ellos están presididos por estatuas de Buda en todas las posturas, de todos los materiales, colores y tamaños.
La mayoría de los templos de Luang Prabang son bastante antiguos y todos siguen en funcionamiento, por eso se pueden ver a muchos monjes rondando por allí con sus llamativos hábitos naranjas.


Niños de todo Laos acuden a formarse a estos templos solo por el prestigio que tienen.
Los monjes suelen empezar muy muy jóvenes, y la mayoría vienen de familias pobres para las que tener un hijo monje es un honor y una manera de 'escapar' de la pobreza, ya que tendrán una boca menos que alimentar. Además es una manera de que estos niños puedan recibir una buena educación.
En teoría, los monjes viven solamente de la limosna que reciben de la gente, no pueden tener posesiones materiales, aunque hemos visto a más de uno con un móvil o un iPad ;). O la gente es muy generosa con la limosna o no se yo...
Solo pueden comer hasta las 12 de la mañana y a partir de ahí solo toman líquidos hasta el día siguiente, por eso cada mañana al amanecer los monjes recorren las calles recogiendo limosna, que normalmente suele ser comida.
La mayoría de niños que llegan a los templos no lo hacen por decisión propia, así que después de acabar los estudios muchos de ellos abandonan los hábitos para poder llevar una vida normal. El ser monjes les da muchas oportunidades pero la vida que llevan desde tan pequeños no es fácil.
Mientras se visita los templos se les puede ver haciendo vida monástica, ahora están de vacaciones y las aulas se ven vacías pero se les puede ver realizando labores de restauración, limpiando o incluso haciendo la colada.
Si te acercas mas a ellos te das cuenta que al final son como un niño más e incluso tienen curiosidad por hablar con el turista y practicar algo de inglés o algunos otros idiomas que aprenden en los templos.


La verdad que una de las cosas que nos gusta de pasear por Luang Prabang es poder ver a los monjes ir y venir, siempre con un paraguas para proteger sus peladas cabezas del sol y la lluvia....esto le da un colorido especial a la ciudad.

Por las noches antes de dar la vuelta de rigor por el mercado nos acercamos a cenar a los puestos de la "food street". Son como una especie de buffets libres callejeros en los que puedes llenar un plato con lo que quieras por  unos 1,5 euros.
Hay un poco de todo, sobre todo bastantes verduras preparadas de distintas maneras, tofu, rollitos de primavera, muchos arroces y noodles, o algo de fruta.
Llenamos el plato hasta los topes con un variado de todo un poco y nos sentamos en una de las mesas de rancho que montan para la ocasión. Y la verdad es que está todo buenísimo, incluso mejor de lo que parece.
Para los mas carnívoros, los pinchos  de pollo, pescado y carnes varias tienen buena pinta también, aunque no los hemos probado.


Estando en Asia después de un caluroso día de caminata, una buena cena y un paseo por el "night market", el gran final de día es por supuesto un merecido masaje.
Después de ponerte una especie de pijama y tumbarte boca abajo empieza el masaje, muy similar al tailandés, que consiste en presión y estiramiento. Muy bueno para el cuerpo pero la verdad es que más bien poco relajante. No a todo el mundo le gusta que le den una paliza así, pero los músculos lo agradecen y esa noche duermes a pierna suelta.
Aquí hay bastantes locales de masajes y los precios para una hora no llegan a los 10 euros, siempre y cuando no se busque un sitio de alto nivel.

Como toda ciudad que se precie a Luang Prabang no le falta su Palacio Real, el complejo y su templo están muy bien y merecen una visita.
Justo en frente al palacio está la subida al complejo de templos del Monte Phousi, algo diferente a los habituales ya que está situado en una colina en medio del pueblo, y hay que subir unas cuantas escaleras, pero al llegar arriba las vistas compensan el esfuerzo.
La tradición es que los creyentes compren pequeñas jaulas de bambú con un pajarito dentro que liberan como ofrenda en el interior del templo que está en lo alto de la colina.
Además el monte Phousi es muy importante para los budistas ya que por aquí se pasó Buda y se conserva una huella suya (gigantesca por cierto).
Toda la ladera es muy chula y está adornada por infinidad de estatuas doradas de Buda de distintos tamaños y en diferentes posturas.


En uno de los templos 'menos famosos'  tuve la suerte de pasar un rato con un grupo de niños jugando al fútbol, buscaban a uno más para echar una pachanga, así que no les podía decir que no jejeje . Lo pasé genial, los niños estaban encantados de jugar con un occidental, y yo más de compartir un rato con ellos, jugando descalzos con los templos de fondo a la caída del sol...un gran recuerdo!!! Y unas cuantas ampollas en los pies para recordarlo, jejeje

Otra de las grandes atracciones de Luang Prabang es la ceremonia de entrega de limosna a los monjes. Al amanecer los monjes salen de sus templos y recorren la ciudad para pedir limosna, principalmente les dan arroz, verduras y frutas.
La gente de la ciudad espera de rodillas para  hacer estas ofrendas a los monjes y piden oración por sus familias y sus negocios.
Es una bonita ceremonia donde impacta ver filas de monjes con sus llamativas túnicas naranjas y en silencio absoluto mientras se va haciendo de día.
Pero por desgracia tiene otra cara no tan agradable, donde se puede ver a muchos turistas asiáticos, y sobre todo chinos, hacer fila sentados  en la calle principal para dar limosna a los monjes que a desgana madrugan para sentirse como monos de feria mientras muchos los atacan con los flashes y los objetivos de sus super cámaras...también hay que decir que algunos occidentales se prestan al juego, nos parece increíble que accedan a participar en algo así.
Nos da pena que a una tradición tan bonita y milenaria se le haya perdido todo el respeto, tanto por el turista interesado como por la gente local que vende ese tipo de tours, ya que la mayoría de los turistas llegan en furgonetas con un guía local de los hoteles de los alrededores.
Por suerte, en algunas zonas del centro aún se puede ver la verdadera esencia de la ceremonia. Después de amanecer, en algunas calles pequeñas fuera del tumulto, monjes en pequeños grupos visitan los puestos del mercado donde después de cantar unas oraciones y bendecir a los comerciantes reciben su limosna


Si hay algo que no muchos turistas saben es que se pueden visitar los templos a la hora del rezo, que suele ser a la caída del sol. Todo el mundo es bienvenido pero teniedo en cuenta normas de vestimenta y de conducta. Un momento bastante único que nos ha encantado. Escuchar las voces de los monjes y sus rezos cantados es relajante e hipnótico.


Pero no todo van a ser monjes y templos, en las afueras de Luang Prabang se pueden hacer algunos trekkings y excursiones interesantes. Nosotros decidimos visitar las cascadas de Kuang Si, y la verdad es que merecen la pena. Hay bastante gente pero las cascadas son de cuento y el agua está buenísima para refrescarse.
Dentro del mismo recinto se encuentra el centro de recuperación de osos negros asiáticos,  una especie amenazada debido a que se caza para extraer su bilis y sus garras. Adivinad quien lo consume...pues si, los amigos chinos, siempre tan rebuscados y poco éticos. En otros paises vecinos también existen centros como este.

Y que mejor para acabar el día que un buen bocadillo y un zumo natural. En la calle principal de la ciudad hay una zona con un montón de puestos de bocatas, crepes y zumos, otra vez se deja ver la huella de la Indochina francesa.


Dejamos Luang Prabang después de una semana muy relajada, y de hacer una inmersión en la cultura budista...una pena no poder tener más tiempo para poder conocer el resto de Laos pero nos vamos volando a Camboya!!
Esta vez nos vamos en un avión de bajo coste, no nos merece la pena hacerlo por carretera porque se necesita muuuucho tiempo.

Templos de Angkor...allá vamos!!!

Información viajera

Tephavong guesthouse: Un agradable guesthouse con un montón de habitaciones sencillas pero a buen precio. No incluye desayuno pero si café y té gratis todo el día.
Esta muy bien situado, la terraza es muy agradable y tiene wifi gratuito, aunque bastante lento. En la zona hay bastantes gesthouses  de precios similares
Tiene un segundo nombre, Oudomphong gestahouse II, que puede resultar confuso.

Cascadas Kuang Si: Para llegar hasta allí se puede ir en excursión organizada, en un tuk tuk privado o incluso compartido si se consigue gente para llenarlo.
Una buena opción para conseguir precios buenos es ponerse en la calle principal donde esta el cruce de los puestos de batidos y de bocadillos , y allí preguntar. Nosotros finalmente fuimos en una van compartida por un precio mucho más bajo del estándar.

Reserva osos, Free the Bear: interesante proyecto para proteger a los osos negros asiáticos en peligro de extinción debido a la caza indiscriminada para extraerles la vesícula biliar, ya que su bilis es muy apreciada en la medicina china. Estos chinos están locos!