domingo, 12 de abril de 2015

Nueva Zelanda: Recorriendo el sur de la Isla Sur

Nos levantamos muy temprano para devolver el coche en el aeropuerto y de camino recibimos un sms de la compañía aérea.....adivinad....nuestro vuelo sale con retraso. Nos lo tomamos con calma y es que en el fondo ya nos estamos acostumbrando a estas situaciones
Finalmemte salimos dirección a Queenstown, base para nuestra visita a Fiordland, en el sur de la isla sur, donde vamos a tener la suerte de hacer una de las Great Walks (grandes caminatas) de Nueva Zelanda, y que dicen es una de las mejores del mundo: la Milford Track.
Escogemos como hostel el 'Black Sheep', lleno de mochileros, algunos más tranquilos que otros, pero con buen ambiente, ordenadores comunes y un jacuzzi de uso libre en la terraza...nada mal!

Queenstown es una ciudad bonita, situada a orillas de un lago, y flanqueada por montañas, pero sobre todo es el centro del deporte de aventura en Nueva Zelanda.
Desde allí se sale para hacer trecks y kayak en los fiordos de Milford Sound y Doubtful Sound.

Además hay posibilidad de hacer paracaidismo, bungee jumping, cruceros varios por la zona, y un largo etcétera de excursiones y actividades que en otras partes del mundo quizá no existan.
Nuestro primer día lo dedicamos a dar un paseo por el centro y por los alrededores del lago. Queenstown es muy pequeñita, y se ve rápido, es una ciudad agradable entre montañas, aunque  esta hecha para el turista y bastante llena de gente.


Nos pasamos por el  super para hacer la compra,  mañana empezamos nuestra ruta de 4 días y no hay nada en el camino, todo es montaña y bosque totalmente virgen. Si no se quiere llevar sobrepeso hay que pensarse bien lo que se quiere comprar, que no ocupe, que no pese mucho y que los envases sean mínimos porque la basura te la llevas contigo. Creemos que hemos hecho bien la compra...veremos si hemos acertado.
Volvemos al hostel para preparar las mochilas pequeñas. De las 2 mochilas grandes una se quedó en casa de Eva y Juanjo, y la otra nos la guardarán en el hostel durante 4 días hasta que  volvamos del treck, así que iremos ligeritos.
Y antes de empezar el treck, sorpresa!!! Nos han ingresado el dinero que nos habían robado de la tarjeta en Argentina, por fin tema cerrado y mas dinero en la cuenta ;)
Llegar al punto de partida de la Milford Track no es fácil, primero cogemos un autobús muy temprano hasta la oficina del DOC en Te Anau para recoger nuestros tickets, luego otro autobús y después un barco. En el camino al punto de partida ya vamos viendo los paisajes de Milford Sound, muy parecido a lo que ya tuvimos la suerte de ver en el Sur de Chile, fiordos casi vírgenes y mucha vegetación.
El DOC es el departamento de conservación, encargado de gestionar y mantener todos los parques naturales del país, las rutas que se pueden hacer en los parques, los campings, etc. En cada parque hay una oficina de información del DOC, y allí puedes recoger información, mapas, o preguntar cualquier duda. Algunos de ellos son incluso pequeños museos, donde a través de paneles te explican la fauna, la historia geológica de la zona, etc...
En general para todo esto Nueva Zelanda es espectacular, en cada pueblo, cada zona, a parte de las oficinas del DOC, siempre hay puntos info donde tienen muchísimos folletos, mapas, publicidad de distintas excursiones o lugares a visitar. Se lo montan muy bien, y hace que viajar en kiwilandia sea muy fácil y agradable.
Los tickets para la Milford Track se reservan en la web del DOC, y esta caminata es tan famosa que en cuanto se ponen a la venta se acaban. Nosotros los reservamos en julio para hacerla en diciembre, gracias a la ayuda Juanjo y Eva. El treck solo se puede hacer en los meses de verano por temas climatológicos y solo unas 80 personas al día acceden a estos parajes
Bajamos del barco y lo primero, como siempre que se visitan zonas protegidas en este país, es limpiar bien las suelas de los zapatos. Empezamos a caminar, la ruta está muy bien marcada y el camino es bastante ancho al principio, pero luego poco a poco se va cerrando de vegetación, y se convierte en un pequeño sendero por dentro de un bosque.

El primer día es sencillo, después de unas 2 horas llegamos tranquilamente a nuestro primer albergue. Nos instalamos en nuestras literas, y nos sorprende que el albergue está muy bien, la verdad que tiene merito que haya unas instalaciones tan buenas en medio de la nada.

Después de un rato de relax llega el 'ranger' para darnos una charla sobre la vegetación y fauna de la zona mientras damos un paseo por los alrededores del 'hut'.
El ranger es una persona peculiar, altísimo y bastante mayor. Parece salido de una película de boy scouts, es un gran conocedor del Milford Sound y seguramente llevara toda la vida en estas montañas.
Para hacer este trek aparte de traerte la comida también tienes que venir equipado con tus utensilios para cocinar. Cuanto menos ocupen y menos pesen mejor, gracias Eva y Juanjo por el kit ;)
Hacemos la cena y cuando anochece nos acercamos a una zona de gusanos luminosos que nos ha recomendado el ranger. Son una pasada! También nos ha dicho que hay alguna pareja de kiwis por la zona y volvemos a intentar verlos pero sin éxito.

Salimos temprano porque el ranger ha avisado que hay prevision de lluvias a partir de las 2 de la tarde y la verdad es que la jugada nos sale perfecta.


Después de unas 6 horas caminando por bosque y zonas de llanura chulísimas rodeados de cascadas por todas partes, llegamos a nuestro albergue de la segunda noche, esta vez literalmente en medio de la nada.
Y al cabo de un rato se pone a llover, mas bien a diluviar hasta casi el día siguiente.

Así que poco que hacer, descansar, charlar con los compañeros de batalla, cenar y a la cama. Entre nuestro grupo hay también una española, Isabel, con la que hacemos buenas migas, no es muy común encontrarse españoles en este país.

Mañana es el día más duro, ya que hay que subir al punto más alto y después bajar.

Cuando nos levantamos todavía está lloviznando, así que hacemos tiempo hasta que para un poco y salimos como balas.

La ruta de este día es espectacular, zonas de bosque de cuento, enormes cascadas nos rodean, que después de tanta lluvia rebosan agua por todas partes y puentes colgantes. Es como meterte en la película del Señor de los Anillos.

La subida es menos dura de lo que nos imaginabamos y las vistas desde arriba son espectaculares, creo que incluso tiene el baño con las mejores vistas del mundo, jejejeje.

La bajada es complicada, muy empinada y con terreno algo resbaladizo, pero llegamos al albergue sin problemas y sorprendidos de lo en forma que estamos!!jejeje

Es la ultima noche y llegamos con tiempo para aprovechar el sol de después de la tormenta y darnos un baño en un sitio espectacular. Un poco fría el agua, pero se agradece un chapuzon después de un un par de días si ducharnos.


El último día es sencillo, muchos kilómetros casi todo por zonas de bosque, pero bastante llano hasta llegar al punto final del trek, Sandfly Point. Se llama así porque está lleno de 'sandflies', una pequeñita mosca bastante cabrona que nos acompañaron y mordieron durante todos estos días, y que nos seguirán acompañando por toda la isla Sur...sobre todo a Rosi...jejejeje
En Sandfly Point nos recoge el barco que nos lleva de vuelta a la 'civilización' después de 4 días perdidos en medio de la naturaleza, días geniales que disfrutamos como niños.


Después de un par de buses más llegamos a Queenstown, de vuelta a nuestro hostel...y que mejor día que hoy para aprovechar ese maravilloso jacuzzi!!
El día siguiente lo dedicamos a relax, pequeños paseos, trabajar en el blog y a preparar los siguientes dias.

Nos despedimos de Queenstown y vamos al aeropuerto a coger un coche de alquiler, hemos conseguido un relocation entre Queenstown y Dunedin, y aprovecharemos estos 3 días de coche gratis todo lo que podamos.

Salimos en dirección al famoso Monte Cook, una de esas grandes montañas sagradas con mucho significado para los maories, que lo llaman Aoraki, algo así como 'el que rompe las nubes'.
Por desgracia cuando llegamos el día estaba horrible, hicimos algún pequeño paseo pero realmente no pudimos ver ni al Monte Cook ni ninguna de las montañas de los Alpes del Sur.


De vuelta al coche ponemos rumbo al Lago Tekapo, dormiremos a sus orillas esta noche.
Por la mañana temprano nos levantamos para aprovechar el día, amanece ya mucho más despejado. El lago es precioso, hay una pequeña iglesia que parece de cuento, los Alpes del Sur al fondo y justo en esta época del año las flores de altramuz están adornando toda la orilla del lago, la imagen es espectacular y el agua del lago es de un color azul turquesa increíble. Uno de esos paisajes casi surrealistas de Nueva Zelanda.
Después de un paseo por la zona subimos al observatorio astronómico, desde donde hay una vista espectacular del lago. Esta zona es una de la menos lluviosas del país, y dónde se pueden ver en los días claros muchas estrellas, por eso está ubicado aquí este observatorio perteneciente a la universidad.


Dejamos a tras el lago y ponemos rumbo a Dunedin y la península de Otago.
De camino hacemos una paradita para ver las Maoraki Boulders, unas curiosas rocas esféricas enormes que están en una enorme playa, parecen que fuesen puestas allí caprichosamente por un gigante. Aunque realmente como todo, su formacion tienen una explicacion científica.

Unas cuantas horas después llegamos a nuestro hostel en Dunedin, el Manor House, ubicado en dos casas antiguas muy chulas.
Salimos a explorar Dunedin, la ciudad es bonita, recuerda mucho a Escocia o Inglaterra, y normalmente tiene mucha vida ya que es una importante ciudad universitaria, pero ahora están de vacaciones, así que la ciudad está medio muerta.
Aún así nos gustó bastante, y sobre todo disfrutamos muchísimo con el Museo de los Primeros Pobladores (First Setlers Museum). Nos encantó, un estilo de museo muy diferente a los que tenemos en Europa, más práctico, didáctico y divertido, cuenta la historia de la ciudad desde la época maori, la llegada de los ingleses y hasta hoy día.

En la península de Otago hay varias posibilidades de ver animales marinos como lobos marinos, pingüinos y otras aves.
Cogemos el coche y salimos desde Dunedin en dirección a la península, la carretera es espectacular, de esas que dan miedo porque vas muy pegado al borde y a bastante altura del mar, pero las vistas son impresionante, aunque el conductor no lo disfruta tanto como la 'co-pilota'.
Primero vamos a una playa que nos recomiendan en el hostel para ver 'pingüinos de ojo amarillo'. No es fácil llegar, nos metemos con el coche por un camino de tierra hasta donde podemos, desde allí un buen rato andando, después saltamos una valla y seguimos unos 500 m más por un camino muy poco marcado, apartando plantas cada vez más grandes. Era un antiguo camino del DOC pero ahora esta cerrado porque la playa es protegida.
Después de la aventura llegamos a una playa enorme y totalmente solitaria, tomamos posiciones y a esperar. Solo nosotros y un enorme lobo marino durmiendo la siesta pisábamos la arena.
Los pingüinos vuelven a sus nidos al atardecer, así que tienes que esperar a que vuelvan en silencio, ya que si te ven o te oyen, son muy tímidos y quizás esperen a que te vayas antes de volver a casa.
Nosotros conseguimos ver 3 pingüinos, muuuy simpáticos. Sobre todo unos de ellos, que llegó del mar medio mareado, miró alrededor, se dio un paseo como con cara de perdido, y se volvió al agua...se había equivocado de playa! Jajajaja!


Seguimos ruta y nos vamos a una zona en la puntita de la península donde hay una colonia de 'pinguinos pequeños azules'. Esta muy explotado desde hace un par de años, antes se podía bajar gratis y verlos de cerca, pero ahora cobran bastante. Han puesto unas gradas y unos focos para que la gente los vea de cerca, pero solo un grupo limitado puede acceder cada anochecer. En realidad se supone que la idea que venden es que quieren protegerlos y que no se desmadre, aunque lo que nos parece es que perjudican bastante enfocando a los pobres pingüinos con esos superfocos, solamente para que los turistas puedan hacer bien sus fotos.
Pero da igual, desde lo alto del acantilado, con nuestro superzoom y con los prismáticos que nos prestaron Eva y Juanjo, también pudimos ver a estos pequeños pingüinos que puntualmente a las 21:00 h (depende de la época del año) llegan a la costa, que después de dudar un poco al ver a todos los turistas cámara en mano a poco metros de ellos, se dirigen rápidamente a sus nidos.
Estos pingüinos son mucho más pequeños, de hecho es la especie de pingüinos más pequeña del mundo.
Al otro lado de la punta también se puede ver una colonia bastante grande de lobos marinos, descansando en las rocas del acantilado.

Volvemos  ya de noche al hostel y por la mañana temprano dejaremos nuestro coche de "relocation" en el aeropuerto para alquilar otro coche que nos acompañara el resto de nuestro viaje por la Isla Sur.

Todavía nos queda mucho por ver.....


2 comentarios:

  1. Tengo una duda: Para qué tuvisteis que meter los pies en las cubetas azules?. y cambiando de tema, quedásteis muy bien volviendo al pasado.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por el comentario celeste!
    En Nueva Zelanda cuidan mucho la naturaleza, es un pais muy aislado donde hay muchas especies de animales y plantas que solo crecen alli y que estan muy protegidos.
    Por eso al entrar a muchos de los parques naturales es obligatorio limpiarse las botas y desinfectarlas para evitar contaminacion o que entren plagas de otros lugares a la zona protegida. Son un poco maniaticos, pero la verdad es que tienen razon.

    Jejejeje...la verdad es que Rosi estaba estupenda con su vestido de epoca...
    Saludos
    Juan

    ResponderEliminar